martes, 15 de enero de 2013

Catálogo de colores.

Blanco. Negro. Gris. Gris más claro. Gris más oscuro. Gris azulado. Gris verdoso.

Hay millones de tonalidades de gris, en cambio, el blanco siempre será blanco, y el negro su opuesto, intenso y oscuro.

Hay quienes tendemos a simplificar todos esos matices, toda esa escala de grises y a resumirlo todo en un simple color. En mi opinión, quienes hacemos esto, vemos el blanco más claro y más brillante, lo disfrutamos más, tenemos ese brillo en los ojos en esos momentos de grandiosa alegría.
Es todo genial, maravilloso y desearíamos que nunca se terminara, que jamás se apagara la luz.

En cambio el negro se vuelve tan opaco, tan oscuro, tan absorbente que haríamos cualquier cosa por un poquito de luz. Ese negro tan negro que mata, que nos hace querer morir con tal de ver la famosa luz, pero... y si el famoso túnel, esa famosa luz no existe?

Más vale aguantar entre blancos y negros, y algún gris por el camino.


viernes, 28 de diciembre de 2012

Como una súbita tormenta de verano

Si alguna vez has tenido fiebre, sabrás a lo que me refiero.
Esa especie de confusión extrema que te aturde los sentidos, aparece como una niebla en tu cabeza y harías cualquier cosa por que se fuera.

Una especie de tormenta de verano, súbita fugaz y tremenda. Llega, descarga toda su ira sobre ti, y cuando ya ha arrasado con todo, se va, dejando a su paso solo desolación y vacío.

Luego no sabes ni por dónde vino, ni qué la trajo hasta aquí, ni porqué cayó en este momento y no en otro. Empiezas a preguntarte si ha sido real... ¿Porqué, en pleno verano, tiempo de esplendor y sol, aparece de la nada tal estruendo?


Quizá el viento la arrastró hasta este plácido lugar, quizá fueron los cambios de temperatura, quizá los diversos compuestos químicos que están en el aire, o quizá tenía un buen motivo para venir hasta aquí.


miércoles, 26 de diciembre de 2012

...why choose this world?

El mundo es bonito, dependiendo de a quién preguntes. También depende del momento en que lo preguntes, de la personalidad del interrogado y de los hechos que lo condicionan, también depende de complejos procesos químicos y de factores sociales y medioambientales.

¿Quién afirma que el cielo realmente es azul? ¿Y si en realidad es rojo pero nos han enseñado que ese color se llama azul? Es empezar y no parar, pero este no es el tema que ocupa hoy mis divagaciones.

No somos nadie para juzgar los hechos de los demás, mucho menos la motivación que lleva a ellos. Es obvio que un gran acto tiene detrás grandes motivos, o una inmensa suma de factores que da como resultado algo descomunal.

Cuanto más reflexiono acerca de ello, más incapaz me siento de tener una opinión. Me gustaría tenerla clara, sí, pero como ya he dicho, no soy nadie para juzgar esas motivaciones, no mientras no esté en esos mismos zapatos.

Los hay que con tener gatitos notan un alivio, hay gatitos que se convierten en tigres o leones, o hay leones feroces con sed asesina que van directos a matar. Hay quien se sienta más cómodo usando lazos de cowboy, y probablemente quien prefiera ser águila por unos instantes.

Afortunadamente no concibo los leones más fieros, las películas de cowboys nunca me gustaron y... esos segundos son todo un misterio, pero a la vez lo más escalofriante que me pueda imaginar.


De como algo triste y sangriento terminó pareciendo un debate sobre especies animales, y como de una experiencia desastrosa le sacamos la parte positiva de un bonito paisaje y amaneceres espectaculares. 


viernes, 21 de diciembre de 2012

Palabras

A veces intentamos enmascarar cosas feas con palabras bonitas, intentamos poetizar lo más oscuro. Pero es que se presta a ello, tratamos de limpiar esa parte de nosotros mismos que nos parece sucia, impura, o simplemente... las partes más insanas que habitan bajo la propia piel.  -No, no es ironía.-

Quizá adornándolo, dándole ese toque artístico, underground o pop art, pintando por encima estrafalarias mariposas creamos conseguir normalizarlo, pero no. En realidad nos convertimos en asesinos de mariposas. Múltiples puñaladas a la pobre mariposa... porqué? Es algo que a día de hoy me sigo preguntando, y sigo sin encontrarle explicación lógica o mínimamente cuerda.

Ah, la cordura... en ocasiones creo que si me diera rienda suelta sería lo más parecido a una película sobre la locura en un asilo victoriano.

Todos tenemos ese punto de locura... quizá unos más metafórico, y otros en el más estricto sentido de la palabra. No sé en cual de los dos grupos clasificarme.


martes, 18 de diciembre de 2012

Tormenta

Como una tormenta eléctrica que se avecina sobre las neuronas, lluvia de neurotransmisores, granizo, rayos y truenos.
Así, sin tiempo siquiera a desplegar el paraguas, así llegan los días rojos, pasando en milisegundos del neutro al gris, del gris al negro y del negro al rojo. Frío, blanco, y luego, lentamente, rojo.

Después del rojo un standby, silencio. Silencio en todas partes, por dentro, por fuera, salvo en el blanco, que va tornándose rojo. Como bolas en un árbol de navidad. Perladas, luego río. Sin tráfico marítimo ni barcos, son ríos no navegables, de lo más hostil.

Y cuando la tormenta se va, sólo quedan atisbos de emociones perdidas, desangeladas, que no encontraron su momento perfecto, tales como vergüenza, el arrepentimiento sale a flote, y lentamente se ahoga la culpabilidad.

Todo el mundo debería llevar siempre un paraguas encima, para situaciones como esta.


lunes, 17 de diciembre de 2012

Emociones

¿Qué son?
Te matan, te resucitan, nacen, mueren, permanecen. Asustan, alegran, enfrían, arden.
Se retuercen, te golpean la cabeza, te dan toquecitos en el corazón.

Son caprichosas, te suben a lo más alto para caer en picado, o te sumergen en el fondo del abismo para luego elevarte hacia la cima. 

Revolotean en el estómago a veces, vuelan, evolucionan y cuando salen del caparazón te entumecen los dedos y te hacen sentir un cosquilleo en la cara. Esas son las mejores, en todas y cada una de sus fases. Desde el gusano, hasta el capullo y cuando sale la mariposa y se transforma en grito.

Ese acúmulo de líquido en los ojos que crea un brillo cristalino, esa contracción en ciertos músculos faciales que crean una sigilosa sonrisa, descripción pictórica de ello.

Desde luego no todas son buenas, hay emociones mortales, rojas y dolorosas. Pero ya hablaré algún día de ellas, o no.


martes, 11 de diciembre de 2012

Presentación (i autodefensa).

Evolucionamos. Tras ser una oveja negra, me convertí en una ciruela, pasando por ser una cereza (o una manzana roja quizá se asemeje más), cambié, me metamofoseé -en tantos sentidos como abarque la palabra-, y he terminado siendo una mandarina.

¿Dónde encontrarme? Curiosa pregunta. Quizá en lo profundo del abismo, a kilómetros bajo el suelo, codeándome con el demonio y viviendo en el más puro hades. Quizá en la estratosfera, a miles de metros sobre el cielo, en la via láctea, volando por los mundos de la imaginación de la manera más ácida, onírica o realmente.

Divagando, como siempre. Nada con sentido (o sí), no pretendo que nadie entienda mis palabras, ni siquiera que las lea, y mucho menos que le gusten. 

Si hay una avería, si el paracaídas es producto de tu fantasía, o es real pero no se abre, si la nave explosiona tras un plácido vuelo, cuando te estrellas... a más altura, más duele el impacto, a más velocidad, más fuerte es el golpe.

Pero, ¿elegir el infierno? ¿quién haría eso?, por más que esté abajo, que sea "tierra firme", te evapora, te funde la lava y te atormentan los demonios. Demasiado rojo...

A mi siempre me gustó viajar, es bonito hacer turismo, y hay lugares en los que realmente te gustaría quedar para siempre. Por tanto, elijo volar, aun a riesgo de estrellarme. Que esta vez el billete no tenga regreso.



Y así va mi cabeza, que releyendo el texto veo que lo pensé con un sentido, ahora le puedo atribuír otro, y si lo leo dentro de un año probablemente pueda darle cuarenta puntos de vista más. ¿Ambigüedad? Quizá. Sello de la casa, tal vez.